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¿Por qué es tan importante validar las emociones de nuestros hijos?

Qué implica y cómo conseguirlo
Anna Sintes

Dra. Anna Sintes Estévez

Psicóloga clínica. Área de Salud Mental.
Hospital Sant Joan de Déu Barcelona
Mare escoltant a un fill adolescent

Validar las emociones de una persona significa aceptar lo que está sintiendo sin juzgarla, mostrando empatía hacia ella y haciéndole saber que lo que le pasa y que nos expresa es importante para nosotros. Validar las emociones de las personas de nuestro entorno, además, nos permite comunicarnos mejor con ellas y nos proporcionará, a la larga, la oportunidad de establecer unos vínculos más profundos.

Cuando nos referimos al entorno familiar, la validación emocional es una pieza clave en la educación de nuestros hijos e hijas, que les ayudará a crear una identidad saludable, a experimentar y aceptar sus emociones, a ponerse en el lugar del otro y a practicar también esta validación en su propio entorno. 

¿Qué quiere decir validar las emociones?

  • Practicar la escucha activa. Esto implica atender y centrarse en la otra persona, mirándola y evitando distraernos con el teléfono, la televisión o cualquier otro elemento. 
  • Mostrar interés genuino. Adoptar una postura abierta y relajada, asentir y utilizar palabras que demuestren que estamos escuchando con atención («ya veo», «lo entiendo»).
  • Evitar interrumpir el relato de la otra persona, y permitir que exponga todo lo que quiere expresar.
  • Mostrar de manera clara que hemos entendido lo que nos ha expresado, parafraseando lo que ha dicho.
  • Si no estamos seguros de lo que ha explicado o de qué emoción está expresando, contrastarlo preguntándole directamente («¿Cómo te has sentido cuándo ...?»), o expresando con hipótesis lo que hemos entendido («Me parece que te has sentido triste cuándo... ¿Es así?»).
  • Reconocer y expresar las emociones que la otra persona está explicando («Parece que te has sentido muy enfadado»).
  • Normalizar las emociones en función del contexto o la situación («Es comprensible que te hayas sentido tan frustrada en esta situación»).
  • Normalizar las emociones en función de la historia de las experiencias vividas («Es comprensible que con todo el que te ha pasado te sientas así»).
  • Naturalizar las respuestas cuando son normativas (no las desajustadas). «Es natural que en esta situación y con este enfado hayas reaccionado de esta manera». Siempre que la reacción no haya sido muy desajustada, como por ejemplo una agresión.
Escucha empática

Pautas para practicar la escucha empática

Para validar, además, no hay que estar de acuerdo con la reacción de la otra persona. Validamos como padres y madres las emociones, que no quiere decir validar la conducta. Por eso, un ejercicio útil para las personas adultas es pensar que todo el sufrimiento que nos está haciendo sentir nuestro hijo o hija es justo todo el sufrimiento que está sintiendo él, y que seguramente nos lo está demostrando y expresando de manera desajustada o descontrolada. Teniendo esto en cuenta, podemos:

  • Ofrecerle ayuda haciéndole saber que nos damos cuenta y comprendemos que se está sintiendo mal. 
  • Poner el foco en las emociones y no en el «mal comportamiento». Por ejemplo: «Veo que estás muy enfadado; noto que te has sentido herido por algo; entiendo que te sientes muy mal en este momento». 
  • No confrontar nunca cuando hay una elevada desregulación emocional. Intentar que en aquel momento haga una autocrítica o pueda pensar en las consecuencias puede reactivar las emociones. En este caso conviene esperar que la intensidad de la emoción disminuya y entonces favorecer la reflexión sobre el episodio.

Debemos pensar que todo el sufrimiento que nos está haciendo sentir nuestro hijo o hija es justo el sufrimiento que está sintiendo él, y que seguramente nos lo está demostrando y expresando de manera desajustada.

Actitudes invalidantes que debemos evitar en el ámbito familiar

Debemos intentar evitar las actitudes y las comunicaciones que invalidan las emociones en el contexto familiar, que no permiten la expresión de emociones negativas y que dan soluciones rápidas y fáciles a problemas que son complejos. Algunos aspectos que crean un ambiente invalidante en el contexto familiar y que, por lo tanto, se tendrían que intentar evitar, son:

  • Negar o a responder de manera inapropiada a las experiencias privadas o a las emociones que son consideradas inadecuadas.
  • Responder a las experiencias personales con castigos, trivializándolas o atribuyéndolas a actitudes no aceptadas socialmente: ser una exagerada, no ser realista, carencia de motivación, no tener una actitud positiva...
  • Ofrecer un refuerzo positivo de la escalada emocional respondiendo y atendiendo solo cuando la persona está expresando emociones muy extremas. 
  • Enfatizar la necesidad de controlar o esconder las emocions.
  • No tolerar la expresión emocional desagradable (enfado, tristeza...).
  • Dar mensajes de sobresimplificació a la solución de problemas (dar soluciones simplistas, transmitiendo que el problema es poco importante o tiene una solución muy fácil). A veces puede ser útil preguntar directamente si la otra persona necesita solo que la escuchemos o si también le gustaría que le ayudáramos a pensar posibles soluciones.
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