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COVID-19 y adicciones
Abordaremos cómo ha sido la asistencia a personas con problemas de adicción y de patología dual durante el confinamiento y cuál ha sido el impacto sobre sus vidas desde la perspectiva de especialistas en la materia y de personas afectadas.
Eres profesional de la salud, del ámbito social o si eres persona afectada o familiar que convive con una adicción o con una patología dual.
La pandemia de la COVID-19 supone un doble riesgo sobre la población con adicciones o con patología dual, es decir, cuando hay una existencia simultánea de un trastorno mental y de un trastorno adictivo, tanto de sustancias como de conducta.
Por un lado, diferentes estudios internacionales apuntan a un mayor riesgo a contraer la enfermedad en los casos de adicciones a sustancias, con 1,5 veces más probabilidades que el resto de población de tener un diagnóstico de COVID-19. Una cifra que aumenta según el tipo de adicciones, como es el caso del trastorno por consumo de opiáceos con 2,4 veces más posibilidades y con consecuencias más severas. Los datos recogidos por el Observatorio de las Drogas y Adicciones del Ministerio de Sanidad revelaban que el consumo de sustancias psicoactivas ha tendido hacia la reducción o cese durante los meses de marzo a junio, periodo en el que ha estado vigente el estado de alarma por la COVID-19. Pero, en ese mismo periodo, se ha visto incrementado el consumo tecnológico, dando pie a la iniciación de trastornos de conducta como la adicción al juego online, por ejemplo.
Además de las consecuencias negativas para la salud física que suponen estas circunstancias, la situación propiciada por la COVID-19 puede empeorar los otros trastornos mentales que presente la persona por las situaciones de estrés, ansiedad e incertidumbre sobrevenidas con la pandemia.
Un factor añadido a las circunstancias comentadas anteriormente es la situación de vulnerabilidad social que padecen muchas de las personas con adicciones o con patología dual. Si bien no siempre es fácil identificar que es causa y que es consecuencia, si podríamos afirmar que existen factores individuales como el consumo de sustancias o el debut de un trastorno mental que junto a otros factores de tipo estructural (falta de vivienda social), de tipo institucional (falta de servicios especializados, listas de espera) o relacionales (débil o nula red social y familiar) pueden llevar a la persona con patología dual a una situación de exclusión social y residencial.
Son múltiples los retos que supone la pandemia para el sistema de salud y social, los profesionales de estos ámbitos, las personas afectadas y sus familias. Estableceremos un diálogo para proporcionar ideas y consejos para superar conjuntamente este tiempo extraordinario.
Abordaremos cómo ha sido la asistencia a personas con problemas de adicción y de patología dual durante el confinamiento y cuál ha sido el impacto sobre sus vidas desde la perspectiva de especialistas en la materia y de personas afectadas.
Eres profesional de la salud, del ámbito social o si eres persona afectada o familiar que convive con una adicción o con una patología dual.
La pandemia de la COVID-19 supone un doble riesgo sobre la población con adicciones o con patología dual, es decir, cuando hay una existencia simultánea de un trastorno mental y de un trastorno adictivo, tanto de sustancias como de conducta.
Por un lado, diferentes estudios internacionales apuntan a un mayor riesgo a contraer la enfermedad en los casos de adicciones a sustancias, con 1,5 veces más probabilidades que el resto de población de tener un diagnóstico de COVID-19. Una cifra que aumenta según el tipo de adicciones, como es el caso del trastorno por consumo de opiáceos con 2,4 veces más posibilidades y con consecuencias más severas. Los datos recogidos por el Observatorio de las Drogas y Adicciones del Ministerio de Sanidad revelaban que el consumo de sustancias psicoactivas ha tendido hacia la reducción o cese durante los meses de marzo a junio, periodo en el que ha estado vigente el estado de alarma por la COVID-19. Pero, en ese mismo periodo, se ha visto incrementado el consumo tecnológico, dando pie a la iniciación de trastornos de conducta como la adicción al juego online, por ejemplo.
Además de las consecuencias negativas para la salud física que suponen estas circunstancias, la situación propiciada por la COVID-19 puede empeorar los otros trastornos mentales que presente la persona por las situaciones de estrés, ansiedad e incertidumbre sobrevenidas con la pandemia.
Un factor añadido a las circunstancias comentadas anteriormente es la situación de vulnerabilidad social que padecen muchas de las personas con adicciones o con patología dual. Si bien no siempre es fácil identificar que es causa y que es consecuencia, si podríamos afirmar que existen factores individuales como el consumo de sustancias o el debut de un trastorno mental que junto a otros factores de tipo estructural (falta de vivienda social), de tipo institucional (falta de servicios especializados, listas de espera) o relacionales (débil o nula red social y familiar) pueden llevar a la persona con patología dual a una situación de exclusión social y residencial.
Son múltiples los retos que supone la pandemia para el sistema de salud y social, los profesionales de estos ámbitos, las personas afectadas y sus familias. Estableceremos un diálogo para proporcionar ideas y consejos para superar conjuntamente este tiempo extraordinario.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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