Cómo hacer que un piso compartido sea ‘autism friendly’
La vida adulta trae consigo grandes cambios. Uno de ellos puede ser compartir piso, ya sea con la pareja, con amistades o con personas conocidas o desconocidas. Dejar la casa familiar y asumir las responsabilidades de mantener un hogar y una convivencia agradable es todo un reto. Todos tenemos nuestras preferencias y necesidades, por lo que es importante poder expresarlas y encontrar estrategias para conciliarlas. A continuación os presentamos algunos consejos que pueden resultar útiles para generar un entorno autism friendly en un piso compartido.
Establecer normas de convivencia
Los acuerdos son importantes para la convivencia y se establecen en ambas direcciones. Es posible que haya rutinas que debamos cambiar o adaptar con el fin de que la casa sea un espacio agradable para todos.
Podemos elaborar un contrato de convivencia donde queden explícitas cosas como:
- Anticipar fiestas o la llegada de invitados con algunos días de antelación (lo que se decida).
- Establecer horarios de ruido.
- Tener una rutina de limpieza del hogar.
- Definir las mascotas que se pueden tener y los espacios para ellas.
- Marcar una rutina de uso del baño para acciones que requieran más tiempo, como por ejemplo ducharse.
Los calendarios, nuestros aliados
Establecer un horario visual con imágenes, dibujos, pegatinas o códigos de colores que recoja de manera clara qué estancias limpiar, qué tareas quedan pendientes (sacar la basura, alimentar o pasear a las mascotas, etc.) y a quién le toca hacerlas puede ser una gran ayuda para repartir de manera equitativa las tareas domésticas.
También pude ser muy útil repartir en una reunión las tareas en función de las preferencias, habilidades o disponibilidad horaria de cada persona, pero para evitar malestar en la conveniencia, es importante que el reparto sea equitativo.
Todas las personas nos beneficiamos claramente de las herramientas de organización visuales.
Los calendarios mensuales con grandes espacios debajo de cada día nos pueden ayudar a anticipar y mantener controlados eventos importantes: exámenes, fiestas, viajes de algún miembro del piso, etc. Por lo que tampoco está de más plantearse tener uno.
Siempre pensamos en estrategias visuales para personas con autismo, pero todas las personas nos beneficiamos claramente de herramientas de organización de este tipo.
La habitación, la zona de confort
Nuestra habitación tiene que ser nuestra «zona segura» a la que acudir en los momentos en los que necesitamos estar a solas o cuando estemos más cansados. Algunos consejos para tu habitación:
- La decoración: estará bien que coloques a la vista aquello que te interese: pósters, cómics, música, figuritas, plantas, cuadros, carátulas de CD, manualidades, fotos de lugares, personas, animales, cosas... ¡Lo que sea! Las aficiones, los intereses o las colecciones nos producen bienestar. ¿Por qué no tenerlos a la vista?
- La iluminación: no es sencillo encontrar la iluminación idónea, pero será clave para disminuir la sensación de cansancio, poder trabajar o estudiar de manera cómoda e incluso descansar mejor. Algunas opciones que te pueden ser de ayuda son los reguladores de la intensidad de la luz, probar las bombillas más blancas o más amarillas, los leds de diferentes colores o usar lámparas auxiliares en vez de la luz principal.
- Los olores: los productos de limpieza, las sábanas, la ropa o los ambientadores pueden ser una ayuda o un problema. Busca aquellos productos que más te relajen. ¿Aloe vera?, ¿lavanda?, ¿olores neutros?
- Las interrupciones pueden ser molestas cuando nos concentramos en una tarea o cuando preferimos estar a solas para poder descansar o tranquilizarnos. Para disminuirlas, podemos elaborar carteles para la puerta de la habitación que indiquen que no deseamos ser interrumpidos, un código de colores tipo semáforo (rojo: estoy ocupado; ámbar: estoy ocupado pero puedes llamar; verde: estoy libre) o utilizar dibujos y pictogramas. Cualquier método será útil mientras todos entiendan el significado.
Las zonas comunes
En todo piso debemos respetar que hay zonas individuales, pero también hay zonas comunes como el comedor o la sala de estar, la cocina o el baño. Algunos consejos para adecuar estos espacios:
- En las zonas comunes, puede ser útil que haya una decoración bastante neutra, dado que todo el mundo se debe sentir a gusto en estos espacios. Si entre las personas con las que se convive hay aficiones comunes, a veces puede ser interesante poder compartir y decorar conjuntamente estos espacios. Por ejemplo, podrías montar una biblioteca en el salón o comedor, poner un espacio de juegos de mesa o decorar con algún cuadro o figura que sea del gusto común. ¡Seguro que lo disfrutáis! En cuanto a la iluminación, puede ser útil disponer de una lámpara con luz graduable.
- En la cocina, aunque se compartan objetos comunes, suele ser interesante poder habilitar algún espacio individual, como por ejemplo una balda en la nevera o algún estante de la cocina.
- En el baño, suele haber objetos personales mucho más íntimos, y es importante delimitar y respetar un espacio concreto para evitar fricciones. También suelen haber objetos que pueden tener ciertos olores (jabones, desodorantes...) que a veces pueden resultar molestos para personas más sensibles. Es importante valorar alternativas o, si se precisa, ventilar después del uso de un producto en concreto.
- El uso de ambientadores en el hogar puede resultar agradable para muchas personas, pero para otras puede resultar molesto. Es importante poder pactar o encontrar olores que resulten agradables para todas las personas, para evitar molestias como dolores de cabeza. Normalmente, los olores más suaves o naturales suelen ser de mayor consenso.
- El control de la temperatura: no siempre es fácil encontrar una temperatura adecuada para todas las personas del hogar. Podéis pensar en distribuir las habitaciones según las necesidades térmicas de cada persona, pues con exceso de calor es muy difícil dormir. También se pueden tener aparatos comunes de calefacción o refrigeración o aparatos individuales, según convenga.
Nuestra habitación tiene que ser nuestra «zona segura» a la que acudir en los momentos en los que necesitamos estar a solas o cuando estemos más cansados
Personalizar las necesidades sensoriales
Todos tenemos nuestras propias necesidades sensoriales, tanto las personas con autismo como las que personas neurotípicas. Pero tenemos la suerte que hoy en día hay distintos objetos o ayudas técnicas que nos pueden ayudar de manera individual o grupal; a veces es cuestión de querer encontrar una solución y de usar nuestra imaginación.
Por ejemplo, a veces puedes necesitar tener un espacio de descanso y justamente ese día está programada una fiesta. En este caso, puedes recurrir a tu espacio individual y hacer uso, por ejemplo, de los canceladores de sonido y de los reguladores de luz. También puedes realizar actividades de lectura, u otras que te apetezcan, o crear una alternativa para ese día, como irte a pasear a un lugar tranquilo o a leer a una biblioteca nocturna.
A veces puede pasar lo contrario, que sea hora de dormir y precises escuchar música para relajarte. Siempre puedes usar unos cascos y disfrutar de esta experiencia sin molestar al resto de compañeros y compañeras de piso.
Excepciones y flexibilidad
Recuerda que:
- Aunque establezcamos unas normas de convivencia, puede pasar que, en ocasiones, surja alguna urgencia y tengamos que valorar la situación como excepción, siendo flexibles y buscando una alternativa.
- Es igual de importante mantener las normas de convivencia como, en el caso de que surja una excepción, poder adaptarnos puntualmente a la situación.
Estos son algunos consejos para facilitar la convivencia cuando compartimos piso, pero lo más importante es tratar de observar y respetar las necesidades comunes y propias, y buscar alternativas más o menos creativas para que se pueda convivir de la manera más confortable posible.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
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