¿Por qué los adolescentes pasan de sus padres y madres?
Cuando llega la adolescencia, muchos padres y madres se preocupan cuando sus hijos dejan de querer estar con ellos o se comunican menos. «¿Habré hecho algo mal?», a menudo expresan con preocupación. El motivo de este distanciamiento hay que buscarlo en los cambios que se producen en esta etapa evolutiva a nivel biológico, psicológico y social.
Según concluye un estudio de la Universidad de Stanford, el cerebro de una persona adolescente está programado para dejar de registrar la voz de sus progenitores. La principal conclusión de la investigación, que ha analizado qué pasa en el cerebro de los niños, adolescentes y jóvenes cuando hablan sus padres y madres, es que en la edad de 13 años las personas ya no encontramos gratificante la voz materna y sintonizamos más con voces que provienen de desconocidos. Sin embargo, esta distancia la podemos vivir de una forma sana.
Lucha por buscar la identidad
Las persones adolescentes se encuentran en una edad de cuestionarlo todo y de construir la propia identidad, la cual genera confusión, desorientación y a menudo sensación de soledad e incomprensión. La construcción de la propia identidad implica independizarse de las figuras de apoyo que nos han acompañado durante toda nuestra niñez. Diferenciarse de los adultos también conlleva vincularse más con los iguales, como los compañeros de clase y las amistades. Entendido de este modo, la distancia que ponen los adolescentes con sus padres y madres es una forma sana de crecer hacia su autonomía.
Las persones adolescentes se encuentran en una edad de cuestionarlo todo y de construcción de la identidad propia.
Si te sitúas en tu época de adolescente, ¿puedes recordar cómo te sentías cuando los adultos no te entendían? Cuando las personas se sienten incomprendidas buscan ayuda en aquellos que les transmiten más comprensión. Da tranquilidad sentirse comprendido y ver que hay otras personas que pasan por la misma situación. Por este motivo, los chicos y chicas tienden a buscar ayuda y apoyo en los amigos. Este hecho implica también alejarse de la familia para ir a buscar otros valores, opiniones y formas de hacer diferentes a las de casa.
¿Puedes recordar cómo te sentías en tu época de adolescente cuando los adultos no te entendían?
Interdependientes de los adultos
Es un error pensar que en la adolescencia no se necesitan los adultos. Más bien, los chicos y chicas necesitan que las personas adultas que tienen como referentes les estén acompañando y sentir que pueden recorrer a ellos cuando lo necesiten. El acompañamiento de los adultos pasa por ser una presencia que podemos expresar de la siguiente manera: «Estoy aquí para lo que me quieras compartir o por sí quieres saber mi opinión».
Durante la adolescencia, los chicos y chicas pasan de ser dependientes de los padres a ser interdependientes
Como figuras adultas, es importante poder legitimar la necesidad de diferenciación que experimentan las personas adolescentes, para acompañarlas en este periodo de crecimiento y construcción personal. Si insistimos en imponer nuestros valores, encontraremos resistencia a compartirnos sus experiencias y, en consecuencia, se distanciarán más de los adultos. Por eso decimos que durante la adolescencia pasamos de ser dependientes de los padres a ser interdependientes. En resumen, no es cierto que los adolescentes no pasen de sus padres y madres, sino que se distancian y se acercan a los iguales en su camino hacia la autonomía, como parte saludable de la busca de identidad.
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