Prevenir el suicido juvenil: nos concierne a todos
Hablar del suicidio y su prevención es una necesidad y una obligación que tenemos como sociedad, porque se trata de muertes evitables. Necesitamos información para reconocer sus causas y señales, desaprender todas las creencias y los mitos culturales que hemos ido heredando para ofrecer una mirada consciente para las personas que tenemos más cerca.
Cuando hablamos de adolescentes, casi niños, y jóvenes, el fenómeno se torna más doloroso si cabe. Aunque no es nuevo que la muerte por suicidio es la primera causa de muerte no natural entre este grupo de la población, las cifras de tentativas y suicidios que conocemos de este último año pandémico han hecho saltar todas las alarmas en todo el mundo.
A modo de ejemplo, en España, el informe anual de la Fundación ANAR recogió un aumento de ideación suicida en niños y adolescentes de un 244% en relación al año anterior. Un incremento que también registra cuestiones como la ansiedad (+289%), la baja autoestima (+212) o la depresión o tristeza (+87%). Todos los centros hospitalarios han reportado esta tendencia en relación al aumento de atención motivadas por autolesiones y tentativas de suicidio, pasando por ejemplo de atender 4 tentativas a atender 20 por semana, en el caso del Hospital Maternoinfantil Sant Joan de Déu Barcelona. Si miramos otros países, el fenómeno es similar. En México, por ejemplo, la cifra de suicidios de menores, entre 10 y 14 años, aumentó un 37% respecto al 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Y la pregunta que debemos hacer es ¿qué puedo hacer yo para ayudar a estos niños y jóvenes?
Tu puedes hacer lo mismo que haría un bombero en una casa en llamas, una metáfora ampliamente utilizada en este tema. El niño, el adolescente, el joven, tiene pequeños fuegos que va acumulando y que quizás no vemos, pero podemos ver y oler el humo. El humo en forma de señales de alarma y situaciones de riesgo que podemos conocer, reconocer y sobre las que actuar sea cual sea nuestra posición: familiar, amistad, profesorado.
Apagar estos pequeños fuegos permitirá que no prenda la mecha que hará arder la casa. Sólo hacer falta estar atentos, preguntar de forma directa, sin miedo a preguntar sobre la ideación suicida a nuestros jóvenes y pedir ayuda profesional.
Si tienes pensamientos suicidas, pide ayuda:
También puedes comunicarte con los servicios de emergencia locales de tu zona de residencia.
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024
Línea de atención a la conducta suicida -
061
Salut Respon -
900 925 555
Teléfono de prevención del suicidio de Barcelona