La atención ambulatoria en los centros penitenciarios
Resumen
Según los estudios realizados en población penitenciaria desde la década de los 90 a nivel mundial, se concluye que las personas privadas de libertad tienen entre 4 y 6 veces más de probabilidad de sufrir un trastorno psicótico o depresión grave, entre otros, comparado con la población general y alrededor de 10 veces más de probabilidad de ser diagnosticados de un trastorno antisocial de la personalidad. A esta elevada incidencia de trastornos de salud mental entre la población privada de libertad en España (5 veces más alta que la población general), cabe destacar la alta comorbilidad entre trastornos de salud mentales y el consumo de sustancias psicoactivas.
En Cataluña esta población, especialmente vulnerable, se atiende bajo un modelo pionero en el ámbito estatal, promoviendo una atención integral a distintos niveles, que favorezca la recuperación e integración social posterior. En este modelo, encontramos tres niveles de atención:
- La atención en régimen hospitalario, actualmente en las unidades de Brians 1 y Brians 2.
- La atención ambulatoria que se realiza en el propio centro penitenciario donde reside la persona, el Programa Soporte a la Primaria (PSP) Penitenciario. Actualmente en Brians 1, Brians 2, Quatre Camins, Joves, Wad Ras y Til·lers/Alsina/Can Llupià.
- La atención a la persona cuando se encuentra en tercer grado o en libertad condicional, dentro de la red de Salud Mental Comunitaria, desde el Programa de Servicio individualizado Penitenciario (PSI).
En este artículo hablaremos sobre la atención ambulatoria en los centros penitenciarios, el llamado PSP Penitenciario (Programa Soporte a la Primaria).
Este programa como tal se crea a mediados del 2017 con el acuerdo del Departament de Salut y Justicia de la Generalitat de Catalunya y se despliega completamente por los centros penitenciarios a inicios del 2018. Cabe mencionar que en el Centro Penitenciario Quatre Camins ya existía desde años atrás un modelo similar. Así mismo, es importante diferenciar el PSP del servicio de interconsulta del profesional de psiquiatría, que siempre había existido en los centros, pero que no tenía este marco de intervención multidisciplinar que se crea con el PSP.
La atención ambulatoria se basa en el modelo de atención integral centrado en la persona, orientado a conseguir la máxima autonomía y recuperación. Se fundamenta en el programa de soporte y colaboración entre los equipos de salud mental penitenciaria, los equipos de atención primaria penitenciaria y los equipos de tratamiento penitenciarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que «es fundamental entender la problemática en salud mental como una parte de nuestra vida y una circunstancia más de la persona y no como un elemento que anule el resto de nuestras capacidades» (WHO, 2001).
El concepto de recuperación hace referencia al fortalecimiento de las propias capacidades y del desarrollo de nuevas habilidades enfocadas a mejorar la calidad de vida. Dota a las personas de herramientas que facilitan el desarrollo de un proyecto de vida, de acuerdo a sus posibilidades, expectativas y valores. Esto, aunque los síntomas persistan, con el objetivo que recupere el control activo de su propia vida.
Anthony (1993) decía que «la recuperación es una manera de vivir la vida satisfactoriamente, con esperanza y aportaciones, aunque se tengan limitaciones causadas por el trastorno. La recuperación implica desarrollar un nuevo sentido y propósito en la vida, a la vez que la persona crece más allá de los efectos catastróficos del trastorno mental». Y William Osler nos dice «que escuchemos a la persona porque te está explicando el diagnóstico» (Becker, 2015).
La filosofía de trabajo del PSP Penitenciario
El PSP penitenciario viene determinado por la esencia propia del PSP comunitario, esta nueva filosofía de trabajo se da cuando la atención primaria y la atención especializada crean lazos de unión y de trabajo compartido, es aquí cuando realmente se dan oportunidades de mejora significativa de la atención a las personas con trastorno mental o adicciones.
En el documento del Grup de treball sobre la cartera de serveis de salut mental i addiccions a l’Atenció Primària. Impulsar el model d’atenció: identificar accions efectives (2010), se establece como eje vertebrador dicha comunicación para asegurar la atención continuada. De dicha relación nacerán objetivos en común para el bienestar de la persona, objetivos como consolidar el modelo de atención integral, facilitar el desarrollo más homogéneo y eficaz de los recursos, detectar las personas más vulnerables, etc. Todos estos objetivos saldrán con más detalle más adelante con los objetivos del PSP Penitenciario.
Fernández de Sanmamed et al. (2020) enfatizan en la importancia de la cooperación de los niveles primarios y secundarios, de la asistencia y del control eficiente de los recursos para la participación de los profesionales de salud mental en los contextos de atención primaria sanitaria. También se subraya a la salud mental positiva como un elemento indispensable para el desarrollo humano y social, la salud y la enfermedad que deben ser atendidas como un continuum, donde los límites entre lo que es normal y sano y lo que no lo es son difusos y dependen de múltiples factores sociales, personales e incluso de las definiciones que hace la comunidad científica.
Para entender el porqué de este programa, mencionar el documento editado por la Direcció General de Planificació en Salut (Departament de Salut), El procés assistencial en salut mental i addiccions a la xarxa d’atenció primària, en el que se nos habla de la importancia de hacer un sistema de salud integrado y de continuidad, dando importancia a la prevención y promoción, a la cronicidad y complejidad y sobre todo al abordaje comunitario.
Los objetivos del PSP Penitenciario
El PSP Penitenciario están formados por equipos de profesionales de diversas disciplinas: psiquiatría, enfermería, psicología y terapia ocupacional.
Estos equipos tienen como objetivo:
- Mejorar la accesibilidad a los servicios de salud mental.
- Mejorar la detección y atención integral.
- Mejorar las habilidades y la capacidad resolutiva de los equipos de atención primaria.
- Dar continuidad asistencial a través del trabajo en red para evitar recaídas principalmente.
- Establecer espacios de coordinación.
- Participar con el resto de agentes en preparar la vinculación a la red comunitaria cuando se pasa al régimen abierto o libertad.
- Mejorar la detección y atención de las personas con riesgo de suicidio.
- Mejorar la atención de los problemas relacionados con la salud física.
- Recuperar y mantener los vínculos afectivos con el exterior (familia, amistades, etc.)
Además de estos objetivos, el PSP Penitenciario tiene en su cartera de servicios actuaciones dirigidas a la promoción y la prevención de los trastornos mentales o adicciones, los programas de educación para la salud, actividades de la vida diaria y programas de rehabilitación psicosocial. También la participación en los equipos multidisciplinares, la coordinación con la red comunitaria de salud mental y la organización de actividades de formación, docencia e investigación.
Un servicio clave en la recuperación de la persona
Los datos de visitas y seguimientos a personas atendidas en los módulos residenciales de los centros penitenciarios que no precisan de hospitalización se han incrementado año tras año de una manera considerable. La importancia de los profesionales del PSP es clave en la recuperación de la persona y un buen indicador en la mejora de las personas. Con la llegada del equipo de profesionales que conforman el PSP podemos afirmar que las personas han tenido menos recaídas y han precisado de menos reingresos. Esto demuestra la gran labor que se está realizando y la importancia del seguimiento del día a día y del vínculo terapéutico logrado.
Como datos a destacar nos encontramos que en los centros de mayor capacidad (Brians 1, Brians 2 y Quatre Camins) se están haciendo entre 5.000-6.000 visitas al año y en los centros de menos capacidad como Joves y Wad Ras las cifras oscilan entre las 1.500-3.000 visitas.
Por delante tenemos un camino que se concibe desde el acompañamiento y empoderamiento de las personas que atendemos.
Son muchas las necesidades y las dificultades que surgen cuando llega la deseada libertad. Existe una desconexión con la realidad y el consiguiente aislamiento que supone el internamiento prolongado. Se suma la exclusión social que viven las personas con un trastorno de salud mental, la pérdida del tren laboral, un desarraigo familiar y la falta de oportunidades en un mundo a veces poco tolerante y deshumanizado, donde difícilmente tienen cabida las diferencias y las imperfecciones.
Se hace imperativo superar estos condicionantes y sortear la situación de vulnerabilidad para que las personas puedan sentirse de nuevo productivas, partícipes, encuentren su rol y se identifiquen dentro de sus núcleos familiares, sociales y laborables.
El requerimiento es máximo y, en muchas ocasiones, mantenido a lo largo de toda su etapa vital. Sigue siendo necesaria la inversión en recursos sociales y sanitarios especializados, donde cabe enfatizar y reforzar el trabajo en la comunidad y la continuidad asistencial con programas de servicios comunitarios como PSP, PSI, Centros de salud mental o Medio Abierto, abandonando el clásico paradigma hospitalario por el comunitario.
«La esperanza es la virtud más indispensable inherente a la condición de estar vivo» (Erik Erikson)
«Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro» (Platón)
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