Tratamiento de la psicosis
La medicación es una parte esencial en el tratamiento de la psicosis y es eficaz en la mayoría de personas, ya que reduce los síntomas y evita que vuelvan a aparecer. Pero también es muy importante la psicoterapia, ya que puede ayudar a entender los síntomas y saber cómo actuar, regular el estrés, mejorar las relaciones sociales y aprender a prevenir las recaídas.
A menudo hay un retraso de meses o incluso años entre la aparición de los síntomas y el hecho de buscar ayuda médica y, por lo tanto, el inicio de un tratamiento adecuado. Un retraso prolongado en el tratamiento puede empeorar la recuperación sintomática y funcional, es decir, empeorar el pronóstico. Por lo tanto, es importante pedir ayuda lo antes posible.
En primera persona
«La confianza y el respecto de los profesionales hacia mí siempre ha sido una pieza clave para que yo me implique en el tratamiento en general. Al final, es una cuestión de autorresponsabilidad y si el protagonista no está muy informado e integrado en el proceso, no hay historia.»
Tratamiento farmacológico
Los medicamentos antipsicóticos, también conocidos como neurolépticos, suelen recomendarse como primer tratamiento de elección farmacológico para tratar los síntomas de la psicosis. Estos medicamentos ayudan a reducir o detener/eliminar la frecuencia y la intensidad de los síntomas propios del trastorno.
Los antipsicóticos, en pocas horas, suelen reducir la ansiedad y la agitación, pero para reducir síntomas como por ejemplo las alucinaciones y los pensamientos delirantes hay que tomarse la medicación durante más tiempo. Dos de cada tres personas experimentan una reducción de los síntomas con la primera medicación que se les prescribe en cuestión de días o semanas. Es importante destacar que los antipsicóticos son muy efectivos en cuanto a la sintomatología positiva (alucinaciones, delirios, pensamiento y lenguaje desorganizado, etc.), sin embargo, en otros síntomas como los negativos (retraimiento emocional y social, indiferencia emocional, etc.(y los cognitivos han mostrado muy poca o nula eficacia.
La mayoría de los antipsicóticos se toman vía oral y, en función del tipo y la dosis, será necesario tomar uno o más comprimidos al día. A lo largo de los últimos años, además, se han desarrollado antipsicóticos que se pueden administrar por vía intramuscular, como si fuesen una inyección, y más espaciados en el tiempo (la frecuencia puede variar entre dos semanas y tres meses, en función de la prescripción). Hay una gran número de medicamentos antipsicóticos; una persona puede responder a un antipsicótico y otra persona a otro distinto. Además, es posible que en diferentes momentos de la evolución de la psicosis se receten antipsicóticos diferentes dependiendo de la eficacia y de la aparición o no de efectos secundarios.
Es importante no dejar nunca los medicamentos antipsicóticos prescritos, si no lo aconseja el profesional sanitario. Los medicamentos antipsicóticos tienen un papel importante en la prevención de recaídas y dejar la medicación puede conllevar a una nueva aparición de los síntomas. La medicación se puede dejar de tomar de forma gradual y bajo el control y la observación del profesional sanitario. Si hay un buen control de síntomas y una buena evolución, se puede empezar a plantear la reducción de la toma de medicación de forma gradual y controlada.
La psicosis, en algunas personas, va asociada a otros síntomas como la depresión o la ansiedad, problemas en la regulación emocional o trastornos del sueño, entre otros. En estos casos, también será necesario tomar otro tipo de medicación, como por ejemplo antidepresivos, estabilizadores del ánimo, ansiolíticos, sedantes o hipnóticos.
Efectos secundarios del tratamiento antipsicótico
Los antipsicóticos, como casi todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios. No todo el mundo los experimentará y su gravedad variará en función de cada persona.
Los efectos secundarios más comunes pueden ser los siguientes:
- Somnolencia/sedación.
- Problemas motores: temblores, inquietud, rigidez, lentitud de los movimientos, tensión…
- Incremento de la fatiga
- Incremento de las horas de sueño
- Indiferencia emocional
- Incremento de peso
- Dificultades de concentración y errores de memoria
- Pérdida o disminución del deseo sexual
- Depresión
- Aumento o disminución de la salivación
Es importante que informes el profesional sanitario que te atiende (medicina de familia, psiquiatría, enfermería) si experimentas efectos secundarios que resulten especialmente problemáticos para ti. Es posible que se pueda cambiar el medicamento antipsicótico por otro con un perfil de efectos secundarios que toleres mejor.
Nunca debes dejar de tomar los medicamentos prescritos, a no ser que te lo aconseje un profesional sanitario cualificado responsable de tu atención.
Dejar de repente la medicación puede causar la reaparición de los síntomas (recaída). Cuando los profesionales valoren que se puede reducir el trato, lo harán de forma gradual y bajo una estrecha observación.
Tratamiento psicológico
Hay distintos tipos de terapia psicológica, dependiendo de las necesidades de la persona y de la familia, y también de la fase de la psicosis en la que se encuentre la persona afectada.
Grupos de ayuda mutua (GAM)
Los grupos de ayuda mutua (GAM) también pueden ser una buena opción. Estar al lado de otras personas que han tenido experiencias similares, compartir e intercambiar experiencias y problemas cotidianos, expresar emociones y sentimientos, etc., puede tener un efecto muy positivo en la recuperación de la persona que tiene psicosis.
Psicoeducación
La educación sobre la psicosis, sobre su tratamiento y su pronóstico es también una parte muy importante, ya que permite a la persona y a su familia entender la experiencia y saber qué pueden esperar de los tratamientos recomendados.
La psicoeducación sobre la psicosis es una herramienta para empoderar la persona y ayudarla a conocer mejor su trastorno y entender mejor su experiencia. Eso facilita que la persona pueda participar activamente en su tratamiento y en las decisiones compartidas.
Terapia psicosocial
La terapia psicosocial facilita la rehabilitación social y laboral de la persona porque se pueda volver a integrar de forma eficaz en la sociedad, a través de la promoción y el desarrollo de distintas habilidades como por ejemplo:
- Gestión del estrés y de las emociones
- Técnicas de relajación
- Resolución y gestión de problemas
- Establecimiento de objetivos
- Promoción de un estilo de vida saludable
- Búsqueda de apoyo social
- Prevención de recaídas
- Formación en habilidades sociales
- Asesoramiento en consumo de sustancias
- Rehabilitación cognitiva
Muchas de estas terapias psicológicas pueden tener lugar de manera individual o en grupo.
Técnicas de relajación
Las técnicas de relajación tienen como finalidad reducir el estrés y la ansiedad que presenta una persona y volverla a un estado de calma, reduciendo la sobre activación psicofisiológica. Estas técnicas proporcionan a la persona las habilidades y las herramientas porque lo pueda hacer de forma autónoma cuando se encuentre en situaciones similares en un futuro. También tienen como objetivo que la persona tome consciencia de lo que está pasando en aquel momento, facilitando la reducción de la tensión corporal y la carga mental.
Intervención familiar
El apoyo familiar es clave en el proceso de recuperación de la psicosis. Por este motivo, la terapia familiar es un tratamiento eficaz para las personas afectadas por este trastorno.
La familia también pasa por un proceso de aceptación y, por lo tanto, también puede necesitar apoyo para afrontarlo de la mejor manera posible. Durante este proceso, surgirán dudas sobre cómo gestionar determinadas situaciones, como por ejemplo las posibles recaídas, o sobre cómo gestionar el estrés que genera ser cuidador/a, entre otros. Por lo tanto, tener herramientas para poder dar el mejor apoyo posible a la persona afectada será clave en el proceso de recuperación y también será importante para mejorar el bienestar de la persona y de la familia.